martes, 26 de septiembre de 2017

LA CIBERADICCION



LA CIBERADICCION

La adicción a Internet es un deterioro en el control de uso que se manifiesta como un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos. Es decir, la persona “red dependiente” realiza un uso excesivo de Internet, lo que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales (Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, 2008).
Dentro de la población escolar, los más vulnerables a la ciberadicción son los niños y adolescentes tímidos, inseguros, solitarios ávidos de sensaciones y relaciones, con baja autoestima y escasas habilidades sociales, con fantasía descontrolada y déficit de atención, así como aquellos que presentan una psicopatología previa depresión, otra adicción, etc. (VALENTÍN M; OTERO P.)

La ciberadicción se establece cuando el niño deja de verse con sus amigos y se instala frente a la pantalla con sus videojuegos, el adolescente presta más atención a su Iphone que a su novia o el joven no rinde en los estudios porque revisa obsesivamente su correo electrónico. En todos estos casos hay una clara interferencia negativa en la vida cotidiana (Estallo, 2001).




Cuando hablamos de adicción rápidamente lo podríamos relacionamos con una sustancia de consumo. Como veremos a continuación es claro que este término no solo hace referencia a lo físico pues Griffiths (1997) señala la existencia de lo que él llama “adicciones tecnológicas”, que se definen como adicciones no química que involucran la interacción hombre-máquina.
Este fenómeno no es ajeno en las instituciones educativas, de hecho es una de las practicas más explicitas, son constantes los llamados de atención que se realizan a los estudiantes quienes olvidan sus labores en el aula al estar conectados permanentemente con su dispositivo móvil. Las redes sociales pueden atrapar en algunos casos a un adolescente porque el mundo virtual contribuye a crear en él una falsa identidad y a distanciarle (pérdida de contacto personal) o a distorsionar el mundo real (Becoña, 2006)
A un nivel demográfico, los adolescentes constituyen un grupo de riesgo porque tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más se conectan a Internet, además de estar más familiarizados con las nuevas tecnologías (Sánchez-Car-bonell, Beranuy, Castellana, Chamorro y Oberst, 2008)

SEÑALES DE ALARMA



Las principales señales de alarma que denotan una dependencia a las TIC o a las redes sociales y que pueden ser un reflejo de la conversión de una afición en una adicción son las siguientes (Young, 1998):

Privarse de sueño (5 horas) para estar conectado a la red, a la que se dedica unos tiempos de conexión anormalmente altos.

Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.

Recibir quejas en relación con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos.

Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta.

Intentar limitar el tiempo de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o jugando a un videojuego.

Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el rendimiento en los estudios.
Sentir una euforia y activación anómalas cuando se está delante del ordenador.

Está pendiente a cada momento de sus mensajes y mira en forma obsesiva el doble check del WhatsApp (Revista Médica Clínica Las Condes)

Revisa constantemente su teléfono celular para ver si ha llegado un mensaje y presenta vibraciones fantasmas (Revista Médica Clínica Las Condes)


Habitualmente lo primero y lo último que hace al despertar y al dormir, es revisar el teléfono (Revista Médica Clínica Las Condes).


        ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN


Los padres y educadores deben ayudar a los adolescentes a desarrollar la habilidad de la comunicación cara a cara, lo que, entre otras cosas, supone (Ramón-Cortés, 2010).

Limitar el uso de dispositivos móviles.

Potenciar aficiones tales como la lectura, el cine y otras actividades culturales.

Desde el proyecto de recreación y tiempo libre estimular el deporte y las actividades en equipo.
Estimular la comunicación y el diálogo en la propia familia. 


La limitación del tiempo de conexión a la red en la infancia y adolescencia (no más de 1,5-2 horas diarias, con la excepción de los fines de semana), así como la ubicación de los ordenadores en lugares comunes (el salón, por ejemplo) y el control de los contenidos, constituyen estrategias adicionales de interés (Mayorgas, 2009).

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Revista de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008 http://com.aespat.es/Revista/Revista_ATyPH_59.pdf#page=68
VALENTÍN MARTÍNEZ-OTERO PÉREZ. Educación e internet http://revistas.upcomillas.es/index.php/padresymaestros/article/view/1481/1255
EcheburúaEnrique; de CorralPaz.  Adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto. vol. 22, núm. 2, 2010. Recuperado http://www.redalyc.org/html/2891/289122889001/
Revista Médica Clínica Las Condes. Impacto de las redes sociales e internet en la adolescencia: aspectos positivos y negativos. Recuperado. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864015000048

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