LA CIBERADICCION
La adicción a
Internet es un deterioro en el control de uso que se manifiesta como un
conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos. Es decir, la
persona “red dependiente” realiza un uso excesivo de Internet, lo que le genera
una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales (Revista
de Análisis Transaccional y Psicología Humanista, 2008).
Dentro de la
población escolar, los más vulnerables a la ciberadicción son los niños y
adolescentes tímidos, inseguros, solitarios ávidos de sensaciones y relaciones,
con baja autoestima y escasas habilidades sociales, con fantasía descontrolada
y déficit de atención, así como aquellos que presentan una psicopatología
previa depresión, otra adicción, etc. (VALENTÍN M; OTERO P.)
La
ciberadicción se establece cuando el niño deja de verse con sus amigos y se
instala frente a la pantalla con sus videojuegos, el adolescente presta más
atención a su Iphone que a su novia o el joven no rinde en los estudios porque
revisa obsesivamente su correo electrónico. En todos estos casos hay una clara
interferencia negativa en la vida cotidiana (Estallo, 2001).
Cuando hablamos de adicción rápidamente lo podríamos relacionamos con una sustancia de consumo. Como veremos a continuación es claro que este término no solo hace referencia a lo físico pues Griffiths (1997) señala la existencia de lo que él llama “adicciones tecnológicas”, que se definen como adicciones no química que involucran la interacción hombre-máquina.
Este
fenómeno no es ajeno en las instituciones educativas, de hecho es una de las
practicas más explicitas, son constantes los llamados de atención que se
realizan a los estudiantes quienes olvidan sus labores en el aula al estar
conectados permanentemente con su dispositivo móvil. Las
redes sociales pueden atrapar en algunos casos a un adolescente porque el mundo
virtual contribuye a crear en él una falsa identidad y a distanciarle (pérdida
de contacto personal) o a distorsionar el mundo real (Becoña, 2006)
A
un nivel demográfico, los adolescentes constituyen un grupo de riesgo porque
tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más se conectan a Internet,
además de estar más familiarizados con las nuevas tecnologías
(Sánchez-Car-bonell, Beranuy, Castellana, Chamorro y Oberst, 2008)
SEÑALES
DE ALARMA
Las principales señales de
alarma que denotan una dependencia a las TIC o a las redes sociales y que
pueden ser un reflejo de la conversión de una afición en una adicción son las
siguientes (Young, 1998):
Privarse de sueño (5 horas)
para estar conectado a la red, a la que se dedica unos tiempos de conexión
anormalmente altos.
Descuidar otras actividades
importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el
estudio o el cuidado de la salud.
Recibir quejas en relación
con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos.
Pensar en la red constantemente,
incluso cuando no se está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente
cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
Intentar limitar el tiempo
de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
Mentir sobre el tiempo real
que se está conectado o jugando a un videojuego.
Aislarse socialmente,
mostrarse irritable y bajar el rendimiento en los estudios.
Sentir una euforia y
activación anómalas cuando se está delante del ordenador.
Está pendiente a cada
momento de sus mensajes y mira en forma obsesiva el doble check del WhatsApp
(Revista Médica Clínica Las Condes)
Revisa constantemente su
teléfono celular para ver si ha llegado un mensaje y presenta vibraciones
fantasmas (Revista Médica Clínica Las Condes)
Habitualmente lo primero y
lo último que hace al despertar y al dormir, es revisar el teléfono (Revista
Médica Clínica Las Condes).
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN
Los padres y educadores deben ayudar a
los adolescentes a desarrollar la habilidad de la comunicación cara a cara, lo
que, entre otras cosas, supone (Ramón-Cortés, 2010).
Limitar el uso de dispositivos móviles.
Potenciar aficiones tales como la lectura, el cine y otras actividades culturales.
Desde el proyecto de recreación y tiempo libre estimular el deporte y las actividades en equipo.
Estimular la comunicación y el diálogo en la propia familia.
La limitación del tiempo de conexión a la red en la infancia y adolescencia (no más de 1,5-2 horas diarias, con la excepción de los fines de semana), así como la ubicación de los ordenadores en lugares comunes (el salón, por ejemplo) y el control de los contenidos, constituyen estrategias adicionales de interés (Mayorgas, 2009).
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Revista de
Análisis Transaccional y Psicología Humanista, Nº 59, Año 2008 http://com.aespat.es/Revista/Revista_ATyPH_59.pdf#page=68
VALENTÍN
MARTÍNEZ-OTERO PÉREZ. Educación e internet http://revistas.upcomillas.es/index.php/padresymaestros/article/view/1481/1255
Echeburúa, Enrique; de Corral, Paz. Adicción a las
nuevas tecnologías y a las redes sociales en jóvenes: un nuevo reto. vol.
22, núm. 2, 2010. Recuperado http://www.redalyc.org/html/2891/289122889001/
Revista Médica Clínica Las Condes. Impacto de las redes sociales e
internet en la adolescencia: aspectos positivos y negativos. Recuperado. http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864015000048
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